REFLEXIONES PERSONALES ACERCA
DE LA LABOR DOCENTE
"Escribiendo una breve historia"
Durante toda la vida el ser humano está en
contacto directo con el proceso enseñanza aprendizaje, desde que somos pequeños
recibimos instrucciones de cómo se hacen las actividades básicas y como
comportarnos, por parte de nuestros padres y familiares; ya el niño en edad de asistir al sistema escolar se
adentra en el mundo del conocimiento sistematizado, que viene acompañado de su
gran dosis de praxis y descubrimientos, para después dirigirnos con porciones
de madurez por la senda que lleva al mundo universitario; por lo que se
percibe, el individuo desde que aparece en la faz del planeta inicia un largo
viaje enriquecido con el conocimiento; no es un secreto, que el joven humano
pasa una gran parte de su vida como estudiante (aunque parece ser, que todo
individuo de las diferentes edades llevan dentro de su composición algo de
esencia de profesor, y lo percibimos en los niños, que muchas de la veces guían
a otros niños en el conocimiento de algún juego, en las reglas de un
comportamiento, en cómo realizar una tarea sobre matemáticas, etc.); no
obstante, que la verdad de la naturaleza humana nos aporta que: las personas
nunca deberían de dejar de aprender (de manera informal y formal), tendrían que
seguir preparándose y capacitándose durante su vida.
Digámosle al vendedor de boletos del tren del
conocimiento, preparación y capacitación que quieren un ticket para viajar por distintas rutas de aprendizaje, para visitar
diversos destinos para apreciar el conocimiento, asimismo díganle que quieren
el boleto para usarlo mientras transitamos
como turistas en la gran aventura de la existencia. Pensemos que, entre mayor
diversidad ofrezcan los destinos, mayor
riqueza se adhiere a nuestra persona, ya que un solo destino reduce nuestro
circulo de éxito y felicidad. Algo importante que se quiere exteriorizar sobre el
tren del que departo, es que posee como característica primordial la
flexibilidad, puesto que cualquier ente puede elegir trepar a sus vagones,
viajar sobre ellos y disfrutarlos, además puede optar el sujeto de bajarse de
ellos cuando elijan hacerlo, pero el inconveniente con el que se puede
enfrentar, es que cuando se quiera subir de nuevo al tren en el que se viajaba,
se tendrá que subir en el nivel que va, y solo dependerá de cada quien adquirir
el conocimiento necesario para coincidir con el nivel que marca la locomotora
(ejemplo: cuando dejas de asistir a la escuela por cualquier motivo, y pasado
el tiempo tú decides regresar a retomar tus estudios, tendrás que esforzarte en
aprender los contenidos que los compañeros ya conocen); no obstante, también
existe la benevolencia de otras ocasiones, donde se nos permite retomar el
curso donde lo dejamos.
Es por muchos sabido, que la humanidad cuenta
con una escuela milenaria, en la que desde tiempos remotos el canon dicta: Para
realizar cualquier clase de trabajo, es preciso aprender primero a ejecutarlo;
y por supuesto este conocimiento no aparece dentro de un acto de magia o dentro
de una caja de cereales como promoción, el hombre tendrá que adquirirlo de
alguna otra persona (¿tal vez se consigue a través de la enseñanza de un
maestro?); para explicar lo anterior, deliberemos el siguiente caso: En el antiguo
oficio de la carpintería, si un grácil carpintero tuviera que inventar él mismo
herramientas como son la gubia, la lija, el cepillo, los martillos, los clavos,
el serrucho y el hacha, y además, tuviera que buscar la forma de trabajar con
estos instrumentos; sumándole a lo anterior, el ya agobiado carpintero tuviera
que asumir la actividad de estudiar y buscar las maderas más comunes, como son Abeto, el Pino, el Roble, el
Cerezo,
la Caoba, el
Encino, el Álamo, el Maple, el Manzano, el Nogal, la Primavera,
el Ébano, el Palo
de Rosa,
la Caoba, el Cedro, el Ciprés, el Olivo, el Sauce, entre otros, entonces podríamos denunciar,
que no habría un solo carpintero en el mundo.
Atendiendo el relato anterior se exterioriza
que, el hombre es un ser social por naturaleza, su carácter social es inherente
a su naturaleza y se deriva tanto de su condición corpórea como de su carácter
racional; su condición corpórea es precaria, pues no posee los medios o
recursos suficientes para subsistir por sí solo y siembre necesitará de los
demás, por ello puede conocer y aceptar el orden social, por el simple y
sencillo juicio que es del orden racional. Sabemos de buena tinta, que la
sociedad está integrada por personas, éstas conocen y aceptan de alguna manera
el orden social; igualmente son capaces de descubrir el fin de lo social y de
colaborar por conseguir el bien común; advirtamos que el hombre, mediante su
actividad (cualquiera que fuera, carpintero, alfarero, albañil, artista,
medico, maestro, etc.), debe perfeccionarse a sí mismo, ayudar a los demás a
perfeccionarse y perfeccionar el universo.
Es importante exponer que, desde tiempos en que
todavía no existía ciencia alguna, el hombre tenía que adquirir experiencias y
hacer acopio de ellas, el trabajo del individuo no era tan complicado como se
presenta en la actualidad, las personas no tenían que pasar mucho tiempo
aprendiendo, pero si tenían de alguna forma que estudiar algo, aun entonces;
por ejemplo: los jóvenes que vivían en la hostil edad de piedra tenían que
aprender a sobrevivir, seguir la pistas que dejaban los animales salvajes, a
desollar los animales cazados, construir chozas, fabricar vestuario, fabricar
herramientas y armas (como son cuchillos de piedra, lanzas de varas, dardos
puntiagudos, arcos de madera, vasijas primitivas, etc.), cada una de sus
actividades requería gran pericia (la mano del maestro ya estaba presente
enseñando la técnica).
Hablando sobre otro caso, si alguien se
interesa en aprender Geografía tuviera que recorrer el globo terrestre,
descubrir nuevas tierras inexploradas y mapear los terrenos vírgenes, explorar
el continente Africano, contemplar a lo largo y ancho el continente Americano,
igualmente atreverse a escalar el Monte Everest y detallar por sí mismo todos
los cabos, islas e istmos que hay en el
mundo; entonces parece ser que, a nadie le alcanzaría la vida, aun
cuando fuera cientos de veces más larga de lo que en verdad es. Los humanos
están en constante evolución, cuanto más progresamos, tanto más tenemos que
aprender; se percibe en la atmósfera que cada nueva generación recibe de la
precedente un gran caudal de conocimientos, de información y de descubrimientos;
recordemos que hasta hace poco tiempo (aproximadamente entre 100 a 200 años,
sino es que menos) la gente llegaban a aspirar con frecuencia a ser profesores
cuando apenas tenían entre dieciséis o diecisiete años; en tiempos actuales, no
podría ser posible, ya que en México se necesitan doce años para cursar la Educación
de Nivel Básico (preescolar, primaria, secundaria), después cursar la Educación Media Superior (es
el período de estudio de entre dos y tres años), para posteriormente poder
ingresar a Educación Superior (en la cual se alojan los estudios para ser
profesor); ¡por lo visto es largo el camino para llegar a ser un gran
profesor!.
Se vislumbra por
no llamarlo predicción, que en el futuro cercano las personas que quieran
desarrollarse como profesores, tendrán que realizar estudios más largos aún,
porque con el paso del tiempo aparecen nuevos descubrimientos en todas las
áreas del conocimiento y el número de ciencias nuevas crece constantemente; no
hace mucho tiempo sabíamos que solo existía una Física, ahora disfrutamos la
Geo-Física, Física Atómica y Molecular,
Física de Partículas o de Altas Energías y Física nuclear, Astrofísica,
Biofísica, asimismo se consideraba una sola Química, y en la actualidad tenemos
Geo-Química, la Agro-Química, Bioquímica, Fisicoquímica, Química Analítica,
Química Inorgánica, Química Orgánica o Química del Carbono, Astroquímica, Electroquímica, Fotoquímica, Petroquímica, Nanoquímíca, Química medioambiental, Química Nuclear, entre muchas otras concepciones, todas impulsadas por el creciente y nuevo conocimiento que la ciencia viene desarrollando y descubriendo, lo anterior asemejándose a la multiplicación de células vivientes.
Otra parte de la reflexión que encuentro
importante radica en: Es necesario que el profesor aborde al
desarrollo humano, a partir de una perspectiva que considera el desarrollo o
progreso colectivo como el resultado del desarrollo pleno de las capacidades y
habilidades de cada individuo; mediante el desarrollo personal de que cada
sujeto (como ente social), podrá potenciar su contribución al progreso desde
distintos campos de acción; asimismo,
cabe mencionar, que el desarrollo personal implica a su vez un respeto
al derecho y desarrollo de los demás individuos, por lo cual, será conveniente
identificar qué elementos intervienen en la búsqueda del desarrollo humano.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
señala que: “El desarrollo humano es mucho más que el
crecimiento o caída de los ingresos de una nación. Busca garantizar el ambiente
necesario para que las personas y los grupos humanos puedan desarrollar sus
potencialidades y así llevar una vida creativa y productiva conforme con sus
necesidades e intereses. [..] La gente es el centro del desarrollo, pues son
las mismas personas las que pueden construir las condiciones para que el
desarrollo humano de todos y todas sea posible: El desarrollo de la gente, por
la gente y para la gente". (PNUD, 2014).
Hasta este momento del escrito, se puede concluir
que: El hombre no nace carpintero, aprende a serlo a
través de los talleres y escuelas que son atendidos por maestros
capacitados; el hombre fabrica sus propias herramientas, no nace con ellas (los
animales adquiere por herencia de sus padres todos sus instrumentos y el conocimiento
relativo a su uso, vienen dotados con garras, colmillos, picos, etc.), eso nos apunta
que no heredamos de nuestros padres el conocimiento del uso de los instrumentos
de la misma manera que los animales, sino que tenemos que adquirirlos de los
maestros y de los mayores. Si no hubiera escuelas y maestros que las
atendieran, la gente no aprendería nada nuevo, la técnica y la experiencia
humana no pasarían de cierto nivel; ventajosamente para la humanidad, las
personas no nacen con hábitos formados, ya que al estudiar y en su proceso de
aprendizaje, cada generación agrega algo al caudal común de la experiencia
humana, la cual crece a cada momento más; nuestra escuela milenaria transmitida
por los maestros nos ha dado ciencia, técnica, arte, experiencia, habilidades y
competencias para el desarrollo de nuestra civilización.
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